Este viernes llego a su final el programa de televisión “Soy tu Doble” que era transmitido por El Trece de Televisión Azteca. El espectáculo era un programa de imitaciones, donde algunos famosos concursaban emulando actuaciones de cantantes tanto nacionales como internacionales.
Los concursantes en este tipo de concursos siempre son personalidades que no tienen demasiada importancia en la industria. Tuvimos a talentos como Lupita Sandoval, una cómica que tuvo su mayor éxito en el programa “Cachun Cachun Ra Ra”; Maria Karuna, ex integrante del grupo “Calo”; Chao, cantante de muy bajo perfil; entre otros “famosos”, incluidos unos 10 ex académicos. El elenco dejo mucho que desear porque a diferencia de “Tu Cara Me Suena” en España y Argentina, aquí no había personalidades que verdaderamente llamaran la atención, no eran figuras importantes de Azteca, es más, no eran ni de la “Lista B”.
En el panel de jueces estuvieron personalidades que, considero, tampoco tenían nada que hacer ahí. Empezando por Niurka ¿Qué sabe ella sobre imitar? ¿Puede dar alguna crítica objetiva? No, pero al final les importa causar morbo; pero al final su participación termino siendo algo gris. Por otro lado estaba Cynthia Rodríguez, ¿Quién es Cynthia? Una cantante egresada de La Academia y que le ha entrado también a la actuación. Lleva 10 años de carrera y hasta la fecha no hay conseguido éxito importante a pesar de que la televisora la pone hasta en la sopa. Sus comentarios no aportaron nada a la competencia, su perfil era el de ser amable pero llegaban ocasiones en las que más que amable parecía algo retrasada e ingenua.
La parte masculina del jurado contaba con la presencia de un bloggero/comediante/stand-upero/maistro/cajero/limonesnero/etc. El nombre del antes mencionado era “Ese Wey”, si, así como lo lee; a este sujeto lo invitaron para traer algo popular del internet, un toque de lo que está de moda, pero hubo un problema: el hombre jamás pudo agarrar el ritmo a la forma de trabajar en TV y solo nos daba una serie de comentarios muy desangelados con pretensión de ser graciosos pero que terminaban siendo de pena ajena. Considero que, de los cuatro jueves que había, él era el que salía sobrando. El lado “malo” del panel estuvo a cargo de Héctor Martínez, quien es alguien muy metido en la industria y que todos conocimos como director de la primera generación de “La Academia”. De principio a fin cumplió con el perfil de ser el más temido, pero al mismo tiempo llegó a ser absurdo, pues había ocasiones en las que era por demás su actuación
Desde el principio se notó el favoritismo de la producción hacía ciertos concursantes. Otro problema fueron las caracterizaciones, a pesar de hacer el intento, hubo ocasiones en las que los personajes en lugar de parecer un doble, parecían una burla. Hubo momentos en los que si se logró llegar a personificar a ciertas figuras, pero hubo otros en los que no y que nos dejaban un mal sabor de boca.
La empresa aposto en esta ocasión por transmitir un reality show de lunes a viernes a las 7 de la noche. Algo que podría ser interesante, pues en ese horario no encontramos más que telenovelas en la mayoría de los canales, y algo así parecía ser una bocanada de aire puro. El problema fue que para el público seguidor de este programa se volvía algo aburrido y tedioso pues el programa debía completar 5 horas de duración a la semana y el ritmo del programa llegaba a caer. Lo ideal hubiera sido que se transmitiera los sábados o domingos en 2 o 3 horas.
Dudo mucho que Azteca vuelva a hacer algo de este tipo, es el segundo programa de imitaciones por el que apuestan y que no les funciona de la manera esperada. Aunque creo que los errores, fueron en sus mayoría, de parte de la parte creativa y de producción, que no supo llevar a cabo el programa. Falto un elenco más decente de concursantes, un panel de jurados verdaderamente carismáticos y con peso, falto mejor horario y falto mejor productor. ¡Ups! Lo dije.
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